Segundo Tobías Jiménez Zambrano

Cotopaxi, 24.I.1934

El Maestro Segundo Tobías Jiménez Zambrano, nacido en el Barrio San Sebastián el 24 de enero de 1934, creció en un entorno profundamente musical que marcó su destino desde la infancia. Desde los cuatro años acompañaba a su padre, maestro de capilla y conocido como el “tenor de San Sebastián”, asistiendo en los oficios religiosos; a los seis ya cantaba y tocaba el órgano, demostrando un talento prodigioso que pronto destacó entre la comunidad musical local.

En la Escuela La Salle de Latacunga, los Hermanos Cristianos impulsaron su participación en coros por su extraordinaria facilidad para entonar y transportar melodías. A los once años, su padre lo llevó a Quito para continuar su formación y lo matriculó en el Conservatorio Nacional de Música y en el Colegio Mejía. Para ser admitido en el Conservatorio fue evaluado por su director, el maestro Luis Humberto Salgado, y apenas dos meses después obtuvo una beca tras aprobar las exigentes pruebas de profesores como Ricardo Becerra, Inés Jijón, Fanny de Lemus, Espinosa y el propio Salgado. A esa misma edad comenzó a desempeñarse como maestro de capilla de la Iglesia de Santa Bárbara, un logro excepcional para un niño de once años.

Su formación musical estuvo guiada por grandes maestros: Ángel Jiménez en entonación, transporte y canto; Víctor Carrera e Inés Jijón en piano; Fanny de Lemus en solfeo; Ricardo Becerra en teoría y niveles avanzados de solfeo; Inés Endara en solfeo y entonación; Belisario Peña en apreciación musical, dictado e interpretación pianística —quien además lo designó solista para estrenar el Himno a Santa Cecilia en el Palacio Presidencial—; el padre Jaime Mola en técnica del órgano; Estela Kosel de HCJB en técnica de acordeón; y Gustavo Muller, Luiggi y Carlos Rotta en producción musical de alta calidad. Su excelencia académica fue reconocida con la condecoración al alumno destacado del Conservatorio Nacional, otorgada por el presidente Galo Plaza.

Posteriormente obtuvo el título de Profesor de Educación Musical y cursó estudios de Dirección Coral con el padre Jaime Mola, además de una capacitación de la OEA que le permitió fundar y dirigir coros en instituciones como el Colegio Vicente León de Latacunga, el Colegio Maldonado de Riobamba, el Colegio Spellman, el Militar Eloy Alfaro, el Benalcázar de Quito y la congregación de las Hermanas Betlemitas de la Caridad.

A lo largo de su trayectoria, Segundo Jiménez Zambrano se consolidó como pianista, organista, acordeonista, compositor y arreglista, dejando una producción artística excepcional: participó en la grabación de 2.150 temas, realizó más de 1.350 versiones registradas, elaboró alrededor de 14.500 arreglos y colaboró con aproximadamente 500 artistas, entre solistas y conjuntos, acompañado por cerca de un centenar de músicos. Su trabajo quedó plasmado en sellos discográficos como Nacional, Recalde, Caife, Sonolux e Ifesa, y colaboró con figuras emblemáticas como Carlota Jaramillo, Luis Alberto “Potolo” Valencia, Gonzalo Benítez, el dúo Benítez y Valencia, Pepe Jaramillo, Eduardo Brito, Julio Jaramillo, los Hermanos Miño Naranjo y la Orquesta Blacio Jr. Su aporte artístico moldeó la sonoridad de la música ecuatoriana grabada durante buena parte del siglo XX

Convencido de que la música ecuatoriana merecía mayor proyección internacional, expresaba con firmeza que su falta de difusión se debía a la escasez de inversión y a la limitada formación técnica y académica en el país. Para él, la excelencia artística dependía siempre del estudio, la disciplina y la preparación. Cuando le preguntaban si volvería a dedicar su vida a la música, respondía sin dudar: “Definitivamente, pues la música es la mejor herencia y formación que puede tener un ser humano durante toda su vida”.

El Maestro Segundo Tobías Jiménez Zambrano falleció a los 91 años, dejando un legado artístico inmenso. Fue un ícono de la música ecuatoriana, un creador incansable y un ejemplo de disciplina, sensibilidad y excelencia. Su legado —extenso, refinado y profundamente humano— permanece como un orgullo nacional y un testimonio del extraordinario nivel de los músicos académicos del Ecuador. Su obra trasciende el tiempo y su música seguirá viva, iluminando la memoria cultural del país por generaciones.

Fuentes:

• https://www.facebook.com/groups/146643395999175/posts/1679593582704141/
• https://diariocorreo.com.ec/91620/entretenimiento/funpae-realizo-el-i-festival-del-pasillo-ecuatoriano-homenaje-al-maestro-segundo-jimenez
• https://www.laprensa.com.ec/segundo-jimenez-zambrano-un-gran-musico/